La selección española de baloncesto femenino pierde a una de sus jugadoras más emblemáticas de los últimos años, Anna Cruz, que ha anunciado este lunes su renuncia al equipo nacional. Después de una década ha querido dejar el equipo con una dura carta y se ha mostrado "triste".

El coronavirus pone en jaque a la NBA: contagios, cuarentenas y partidos suspendidos

"Se me hace muy complicado lidiar en el día a día con ciertas cosas que no se ajustan a lo que yo entiendo con la profesionalidad de este deporte: respeto y dignidad hacia unas profesionales que llevan una exitosa trayectoria a sus espaldas", comienza señalando Cruz.

"Creo totalmente innecesario seguir tolerando actos que van contra mis principios", indicó la alera que prefiere "separar sus caminos antes de que lo vivido se vuelva amargo", antes de lanzar una pulla. "Yo también tengo poder, el poder de decidir para quién trabajo y para quién no".

Cruz quiso también recordar, en cierto modo, los buenos momentos que ha vivido en la selección, que fue su "familia". "He dado siempre todo por este equipo que en su día fue mi familia y que va a dejar de serlo porque entiendo que a la familia no se la trata así", denunció.

"No es el final que hubiera imaginado a toda una década repleta de éxitos, pero es una decisión meditada y tomada en frío, donde antepongo mi bienestar y mi salud a cualquier medalla", concluyó la jugadora del Casademont Zaragoza, antes de "desear toda la suerte del mundo" a sus compañeras.